domingo, 16 de diciembre de 2012

PORCOFOBIA

¿Por qué dioses tan sublimes como Yahvé y Alá se han tomado la molestia de condenar una bestia inofensiva e incluso graciosa, cuya carne le encanta a la mayor parte de la humanidad?

El problema porcófobo se ha estudiado desde la antigüedad y mientras en el Renacimiento se decía que se debía a que era un animal sucio y mas tarde, se creía que era una medida de salud pública. La prohibición por parte del Corán y la Biblia de su cría puede ser también porque era una amenaza a la integridad de los ecosistemas naturales y culturales de Oriente Medio.
Los hebreos eran pastores nómadas que vivían de rebaños de cabras, ovejas y vacuno. La prohibición es una estrategia ecológica acertada, pues la cría de cerdos en hábitats áridos es una amenaza, al tratarse de zonas deforestadas donde los rumiantes se adaptan mejor. El cerdo es un animal oriundo de las zonas de bosque y riberas umbrosas. Además es un competidor alimenticio con el hombre, es difícil desplazarlo a largas distancias y está poco adaptado termodinámicamente, pues su sistema de regulación de la temperatura corporal es ineficaz. En las zonas muy calurosas depende del efecto refrescante de sus excrementos y se convierte en un animal sucio. En Oriente Medio, la carne de cerdo se consideraba un artículo de lujo. Y cuando mayor es la tentación, mayor es la necesidad de una prohibición divina, pues una cría a pequeña escala era una tentación y a gran escala, era imposible. Pero los tabúes además de tener explicaciones ecológicas, también cumplen la función social de dotar a una comunidad de signos distintivos. Actualmente esta es su función, no suponiendo ningún perjuicio grave para esta comunidad y permitiéndole distinguirse del resto de la humanidad.

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